miércoles, 25 de noviembre de 2015

La virtud de la atención



Cuando escuchas, ¿pones atención?
No puedo decir que mi época estudiantil fue de lo más brillante, más de uno de mis alumnos saben que yo no estudie la carrera, yo fui a la carrera. Más aun, distaba mucho de ser un alumno que todo lo anotara, es más, admito que más de la mitad de la carrera fui a la escuela con hojas sueltas en un folder para tomar notas que luego (nunca) pasaría a un cuaderno general. Como estrategia sonaba maravillosa, solo era una buena intención.


A cambio de toda esa soberbia de las hojas sueltas, tenía una actitud que a la fecha me ha permitido salir adelante: interesarme en las cosas y en las personas. Voy a dar un ejemplo. Viendo alguna vez vi un programa llamado “Lo increíble”, ya saben, un show en que la gente hace alguna gracia poco común (esto en la década de los 70). Bueno, uno de los casos presentados tenía a un señor que fue capaz de saludar a todos los miembros del público, unas 300 personas luego de haber sido brevemente presentados.


Una vez mostrada su habilidad, al ser cuestionado aseguró que en realidad no era complicado, solo se requería poner atención sabiendo que a quien le presentaban lo  saludaría en cualquier otro momento. Más allá de su habilidad para hacer la sinapsis entre los apellidos de las personas y su rostro, quiero ajustar las palabras que a la fecha me han seguido marcando el norte: poner atención a las cosas sabiendo que las puedo requerir el cualquier momento.


Esta sencilla premisa es la que me permitió salir adelante en la carrera, y la que me permitió establecerme en la profesión docente, y por eso te la comparto. ¿Eres capaz de desarrollar a actitud de aprender cosas con la simple idea de que se puede necesitar ese conocimiento en cualquier situación?, ¿qué habilidad sobrehumana se necesitará para poner atención a las cosas? En realidad el único secreto es tener gusto por aprender cosas.


¿Por qué toco esta situación?, en realidad no es nuevo, solo se ha agudizado. Resulta que la actividad docente me ha llevado a estar en sinfín de actividades y conferencias en que expertos del algún ramo profesional comparten experiencias a estudiantes. Estamos hablando de alumno que en promedio, más de 90% está ahí por decisión, porque han visto que la facultad en que se han matriculado pueden obtener los conocimientos y habilidades que desean integrar para su vida profesional.


¿Por qué una persona que ha elegido estar en un lugar para formarse recurrentemente  desperdicia el conocimiento que le comparte un profesional ya establecido?, más claro, ¿por qué en lugar de poner atención a la conferencia atiende a su teléfono para estar revisando su página social?, visto de manera racional y lineal es absurdo, insostenible:

¿Estar en una carrera profesional sin buscar con ansiedad conocimiento vivencial?

No tiene sentido, ¿quién compra una cerveza y tira la mitad solo porque sí?, así de absurda es la idea. Se puede entender fallos de experiencia, juventud, imprudencia, pero lo que no debe tener justificación es la falta de actitud para aprender algo que se puede utilizar en el futuro.




Ser joven o estudiante (en los estándares modernos) no debe ser justificación para no interesarse, más cuando la misma persona es la que por propia voluntad ha decido estar ahí. Por eso ahora viene la invitación, ¿cómo te asegurarás de interesante en las cosas que puedes aprender y utilizar en el futuro?





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