martes, 28 de abril de 2015

Vivir sin tener color

El sábado pasado tuve la oportunida de empezar a leer "Los años de peregrinación del chico sin color", para el lunes a las 9 de la mañana ya había devorado el relato creado por Haruki Murakami. Es el quinto libro que leo de él, tiene anclajes muy claros sobre la visión femenina, los enfoques con que el hombre se comporta y estilos idelistas del amor y la disciplina de los hábitos es constante en todos sus libros, sin embargo, tiene el encanto de crear relatos honestos, sencillos y profundos, una combinación nada inmediata.

¿En dónde reside el mensaje de este texto?, desde luego que no lo puedo decir de manera descriptivo, te aseguro que el texto es profundamente disfrutable, pero comento lo que siento que fue el motivo de inspiración, el detonante: la vida de un chico que siente que su vida es sencilla, de poco peso, de ínfimo valor, en resumen, un chico sin color.

En el libro se explica con detalle esta metáfora sobre el uso de los colores, podemos decir que es un libro que mueve mucho a lo kinestésico; pero de lo que quiero hablar de la situación real en que una persona puede llegar a pensar que su vida es aburrida, anodina, sin relieve,  intrascendente y que se encuentra con hechos que perecen darle la razón. De tanto pensarlo se convence de ello, a pesar de que todo mundo a su alrededor sabe de sus grandes valores, aportes, dotes y habilidades.

¿Que puede significar una vida sin color?, puede ser una persona incapaz de alimentar una relación, suena lo inmediato, pero también puede ser que esa persona que se acepta sin color tenga algunas relaciones en las que admite que las ha formado solo por cubrir apariencias, por tener una ocupación. Es posible que el el vivir sin color haga que la persona acepte todo mansamente, sin mayor resistencia.

Por otra parte, ¿cuánto tiempo se puede vivir son color?, ¿cómo es el color en la vida de las personas?, ¿qué puede aumentar la intensidad o ir borrando los colores?, de eso es sobre lo que Murakami diserta, en parte, en su libro, no de manera directa, pero sí da los elementos para que el lector examine lo que es la la vida en el mundo moderno, la manera en que nuestro destino es tan frágil su construcción, o su destrucción.

¿Es posible sentirse identificado en un texto?, claro, pero tampoco es algo tan cotidiano, ahí el poder de este libro, pues en toda la definición y búsqueda del color se obtiene el elemento que abunda y no le damos su real poder y valor: la comunicación; el escritor nos expone un mundo en que por 16 años una barrrera de comunicacón se construye sin que nadie haya hecho algo físico en concreto, dejando todo en el terreno de la especulación, y de esa manera ir desvaneciendo el color que todos tenemos.

Te recomiendo este libro abiertamente, si deseas conocer más de las habilidades humanas para poner color... o para desdibujar la existencia.


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