miércoles, 15 de abril de 2015

El poder visto como algo cotidiano

La semana pasada hicimos una descripción de la idea del poder, esa palabra que tanto asusta cuando la sentimos ajena y distante y es ejercida por otro, pero tan atractiva y valiosa cuando puede ser parte de nuestro actuar diario.

Sobre ello también citamos a una autora que daba un amplio sentido al concepto de poder, desde los fenómenos sociales, políticos, económicos, para culminar en el control que podemos tener de nuestra vida. Este es el punto en que ahora hay que profundizar.

¿Qué debemos entender como control?, este es un concepto como el caos, que puede significar un desorden o bien un orden que estandariza todo sin poder encontrar individualidades.  El control de la vida es dejar que las cosas sean lo que tengan que ser. El control ser responsables de nosostros mismos y no de las circunstancias previas y posteriores. Si somos responsables de nosotros y olvidamos al entorno todo el poder en nuestras manos. De tan simple es complicado aceptarlo, ya no digamos vivirlo.
Buscar ser causa y efecto desgasta

Pensamos que el control es el poder por el que todo lo que hacemos va a resultar tal y como lo deseamos, con todos los sentimientos asociados a la perfección, la satisfacción, lo impecable, que simplemente nuestros caprichos son respetados al pie de la letra. 

El poder, el vivir empoderado es hacer lo que debemos hacer, lo que nos mueve, lo que nos apasiona, en total integración con el universo, pero sabiendo que en cuanto se complete la acción deja de estar en nuestro control, ya no es parte de nosotros, nos encargamos de hacer lo que nos correspondía y ya es la gente la que decidirá si lo presentado, si lo hecho, es valioso o no. Ese es el real poder, dejar que las cosas sean, que las cosas fluyan como deban hacerlo, y no sufrir por ello.

Toma el ejemplo de un escritor, escribe su novela, la presenta a un editor, la publican, ¿dónde está el control?, en dejar que la obra se venda como se deba vender, el poder no es alterar las listas de ventas, no es forzar la venta de libros, el poder no es pagar para que haya buenas críticas, el real poder es aceptar las cosas como son y saber vivir con ello. ¿Hasta dónde somos capaces de sufrir por buscar el control de las circunstancias periféricas cuando pudimos atender de manera absoluta las acciones en si tuvimos que ver?

Piensa lo siguiente, ¿qué tanto poder tienes para que tu vida sea "perfecta"?, más aún, ¿qué es una vida perfecta?, eso lejos de ser un poder de vida se vuelve una trampa en que nada nos va a dejar satisfechos, nada bastará. 

El poder en la vida es cuando tomamos el control de nuestra vida, hacemos lo que sentimos, lo que deseamos, lo que nos hace feliz, lo que nos integra al universo. El control en la vida es ser causa, no el efecto, el efecto ya es caos, es imprevisto, son circunstancias sobre las que buscar el control es desgastante, absurdo, y base de la vida miserable.

Por eso, para clarificar mejor esto, tendrémos que hablar pronto del manejo de las ameociones, es ahí donde está el real poder de nuestras vidas.

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