jueves, 13 de noviembre de 2014

Necesidades de coaching en la docencia (I)




La sociedad siempre ha necesitado de una institución que se encargue de la formación de sus jóvenes generaciones, y con formación nos referimos a enfoques amplios de conocimientos técnicos, formales, humanos y emocionales, al menos a nivel conceptual lo sabemos, pero vale la pena reflexionar, ¿en la actualidad entendemos o vemos que la educación tenga amplios y profundos enfoques técnicos, formales, humanos y emocionales?

Puntos de vista pueden abundar, sabemos que todos respondemos a nuestra experiencias, pero también es adecuado acotar que quien materializa los procesos formativos son los docentes, que son los planificadores, organizadores, coordinadores y gestores de la institución educativa; esto nos lleva a otro punto reflexivo, ¿el maestro común lo vemos como ejemplo de trabajo técnico, formal, humano y emocional?

Voy a dar un ejemplo que espero ilustre la situación; con la polémica que se ha dado con respecto al aumento del Bullying he visto memes en redes sociales en donde colegas expresan como idea central “soy tu maestra, no tu niñera”, o “su niño ya debe venir educado a la escuela”. Me parece que al decir medias verdades se dicen mentiras completas. Concedo que la maestra no es niñera, que el niño debe tener una educación familiar previa; pero también hay algo muy cierto, mientras el niño o niña esté en la escuela es responsabilidad de la institución, naturalmente los niños, los jóvenes, también son responsabilidad del maestro.

Ahora bien, ¿cuáles han sido los intereses del modelo educativo en toda su estructura?, que el estudiante complete el curso que está tomando, lo cual no es malo, pero si retomamos los puntos que se trazaron al inicio de este artículo, el temario cubre lo técnico y lo formal, ¿y el plano humano y emocional?, estos dos ambientes están descritos en el espíritu de la visión educativa, pero en la práctica quedan limitadas al esfuerzo individual, y aislado, de algunos docentes.

Dado este entorno de alta demanda laboral y dispersos esfuerzos formativos ¿qué podemos hacer?, de manera formal: ampliar el espectro de acción del docente y mejorar sus herramientas de trabajo formativo. La combinación adecuada es el uso de herramientas de coach y apoyo en Tecnologías de información y comunicación (TIC).

Empecemos por definir el entorno para que se vea la naturalidad de la combinación que proponemos. Bauman (2007) describe: “Si en un principio la idea de una sociedad abierta representó la autodeterminación de una sociedad libre, orgullosa de su apertura, hoy evoca la experiencia aterradora de una población heterónoma, desventurada, vulnerable, abrumada (y quizás supeditada a) fuerzas que ni controla ni entiende del todo; una sociedad aterrorizada por su mínima indefensión y obsesionada con la eficacia de sus fronteras”.

En este entorno descrito, el autor termina por definir el concepto de los tiempos líquidos, es decir, un modelo de vida que no tiene certezas o seguridad, que responde a la inmediatez y con variantes que hasta hace 30 años no estaban en el contexto de vida cotidiana. Fenómenos como la inseguridad, la migración, el analfabetismo tecnológico, la violencia y las adicciones no las inventamos, se han agudizado, y vivir en ese entorno no es nada sencillo.

Vamos a bajar aún más la información, los que fuimos niños hace 30 o 35 años sabíamos que en la noche llegaría papá y que la cena la haría mamá. Que el aparato de televisión se compraba y se disfrutaba por años, quizás que las vacaciones de verano eran, precisamente, en verano, no a en medio del año escolar, que el estudio nos garantizaría escalar socialmente. Un niño del tiempo actual es posible que su familia solo sea mamá, o papá, que su mamá tenga un novio, o bien tiene miedo de que su papá pueda ser secuestrado, o que en la calle hay tal cantidad de violencia que no puede salir a jugar tranquilamente.

Reitero, la inseguridad o la violencia no la hemos inventado, se ha agudizado, y lo que muchos conocimos como un mundo estable, de fácil explicación, estructurado y de certidumbre, en la actualidad se ha modificado, lo sólido se ha vuelto líquido, como lo explica Bauman, y es en este entorno en donde el niño crece, y esto nos lleva a la pregunta ¿en su metodología y discurso el maestro promedio está capacitado para ayudar, orientar y apoyar a su alumno?

Esta pregunta me lleva al primer elemento que se mencionó como solución, las herramientas del coach, un maestro que tiene herramientas de coach en su praxis tiene un lenguaje y una comunicación diferente, pues no se conforma con la formación del conocer, se orienta al ser de su alumno. En el tiempo líquido en que vivimos, ¿estamos seguros que todos nuestros alumnos saben por qué tienen que estudiar?, ¿todos tienen claro el valor o trascendencia de la educación?, es ahí donde la docencia está fallando, el maestro está obsesionado en transmitir un contenido, cuando el alumno es muy posible que emocionalmente esté con otros intereses. 

Es por medio de las herramientas del coach que un maestro puede hacer consciente a sus alumnos del valor de la educación, empoderarlo en la creencia de que su esfuerzo dará frutos y los transformará. Un niño que fue a la primaria en la década de los 70 iba porque sabía que tenía que ir, porque en su casa lo exigían, porque no había otro modelo de vida a imitar; los niños en la actualidad tienen tal cantidad de información que no todos tienen claro el por qué ir a la escuela, ya no digamos el sentido de transformación de vida. 

Ferrés I Prats (2008) expone muy bien el rol de un docente moderno, y entre líneas se puede apreciar la presencia de las cualidades del coach: “Ser un buen educador o educadora comporta, pues, una habilidad mediadora específica, diferenciada, paradójica, por una parte la capacidad de resolver conflictos derivados de la divergencia entre los intereses del educando y las exigencias de la institución académica, y por otra, la capacidad de crear en ellos conflictos cognitivos, de provocarles, de romper sus esquemas, de cuestionar sus planteamientos, de plantar la semilla de la inquietud, de la duda, de la incertidumbre, del desasosiego, de la curiosidad intelectual”.

Para los que ya compartimos la pasión por el coach no puede menos que leerse entre líneas que el maestro como coach, por medio de las herramientas y la interacción, debe ser ese mediador que sabe cumplir con los requisitos formales, al tiempo de ayudar a llevar a sus alumnos a acciones y a aprendizajes que van más allá de los contenidos.
Por favor observa el siguiente video https://www.youtube.com/watch?v=plmDCxNHVO0 y analiza, ¿si un maestro puede crear un entorno educativo así, además de creativo, no estará dando una muestra que es alguien que ve más allá del simple contenido? 

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