lunes, 30 de enero de 2017

El camino de la epifanía

Buscar tu propia luz para tu tranquilidad
Hay palabras que son bien interesantes, algunas por lo curioso de su origen y uso, pero en este momento me interesa ir sobre una que de tan sencilla me parece increíble que no las empleemos más. Epifanía, en su acepción más clara dice: "manifestación, aparición, o revelación".

¿Por qué me gusta esta palabra?, porque nos pone a las puertas de cambio, de la innovación, de la reinverción. Porque es ese momento que también podemos llamar inIciáticos. Una epifanía es el reflejo de un tiempo, de un trabajo, de dedicación, y por fin vernos en la posibilidad de ser compensados por el universo.

En mi anterior comentario hablaba de la manera en que esperamos recibir un milagro, que son vistos como: "me gané la loteria solo por desearlo, no por comprar mi boleto", estamos en una tendencia casi general de pensar que por el buen ánimo o correcta disposición el universo nos va a compensar. Mi propuesta fue que dejemos de buscar la grandeza de un milagro y mejor nos enfoquémos en los detalles pequeños que hacer maravillosa, y milagrosa, a la vida.

Bueno, en el caso de la epifanía ocurre algo similar. Para tener una revelación, de la naturaleza que sea, se debe trabajar, se debe ir en busca de ello y cuando se encuentra hay que saber reconocerla. Desde mi experiencia puedo asegurar que el coaching me ha ayudado a tener mis propias revelaciones, pero más agradable es cuando llevas a alguien a un estado similar.

Encontrarte y ser consciente de ello
Esta semana tuve la oportunidad de una sesión de coaching en donde al hacer un recuento y exploración de mi coachee, este me comentaba lo avanzado en la semana, la manera en que lo veía y el futuro que veía en cierta cuestión. Durante poco más de 90 minutos sus respuestas fueron claras, concretas y precisas, y con un lenguaje corporal que refrendaba la base de su discurso: molestia, frustración, enojo, desesperación. Esto no me agradaba, pues con base en lo que se estaba platicando una situación de su vida se estab decidiendo y no de la manera agradable.

Por circunstancias de vida vi que en su cuaderno de trabajo tenía una receta de cocina. Bueno, ahí cambió todo. La explicación de la recieta le tomó 5 minutos en que con lujo de detalle comentó variantes, ajustes, modos y atajos que harían de ese platillo una experiencia maravillosa. Su lenguaje previo desapareció, su mandíbula se relajó, sonrió. El lenguaje cambió de expresiones tipo "no me apoyan, lo he tratado, le he buscado, no me siento reconocido", a "hago, puedo, logro, me gusta hacer, a veces he hecho esto". Realmente parecía una obra de magia.

Tan solo ver y comentar lo que vi en su cuaderno fue el detonante para el cambio, de un rostro duro y sin esperanza salió incluso la posibilidad de estudiar gastronomía, de poner un restaurante, de tratabajar en una fonda, y sobre todo poder encontrar una manera real y viva de rendir auténtico homenaje a su papá con quien gozaba cocinar.

Poder ayudar a mi coachee a llegar a la la epifanía fue una satisfacción maravillosa, es un ejemplo de por qué disfruto tanto trabajar sesiones de coaching, pues de esta manera, en lo personal, respeto la inversión general que he hecho, y por el lado público, ayudé a que mi cliente viera de manera clara, profunda, útil y optimisa lo que desea hacer con lo que ha descubierto.

Para ti que lo estás evaluando, te invito a considerar un plan de coaching para tu vida, pues siempre hay algo que se puede mejorar, algo por conocer, lo que deseas potenciar y que no sabes cómo iniciar, cualquiera de estos puede ser el orígen de la epifanía que tanto mereces disfrutar.


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