Aplicar, no solo explicar |
El desarrollo profesional me ha llevado
por muchas opciones, a veces he tenido la oportunidad de trabajar con
estudiantes de secundaria (que es agotador),
en ocasiones me ha tocado encabezar grupo de maestría (donde he visto
los comportamientos más infantiles), y bueno, en lo que es capacitación alguna
vez tuve un auditorio de 500 personas entre maestras, directoras, intendentes y
cocinas (pensar en contenidos para todos
fue bien interesante). A final de cuentas es ajustarse a las variantes y sobre ello aprender a mejorar.
En la actualidad el terreno de las
ventas ha aparecido en mi horizonte, y los retos han sido diversos, primero
enfrenar un tema como agenda comercial, que nunca antes había dado, y que desde
luego tenía la obligación de verlo como algo más que el librito en que se
anotan citas y reuniones.
El primer taller tuvo una duración
de 3 horas, y por necesidades lo tuve que ampliar a 5 horas. Fue muy divertido
cumplir la meta y darme cuenta que podía ampliar los contenidos con base en más
actividades. Lo posterior fue extender lo a 8 horas. El haber leído textos de
ventas me ayudó bastante para tener los referentes ajustados y poder brindar el
servicio que me pedían.
De nueva cuenta el listón se puso
más alto, pues el público siempre habían sido aspirantes a vendedor, es decir,
personas en fase de formación, ahora el taller de 8 horas se imparte a
vendedores, algunos con más de 10 años en el negocio.
Desde una perspectiva, preocupante;
pero desde otra, bueno, para algo me he formado y especializado en la docencia,
para enfrentar públicos que no siempre son, digamos, los “ideales”, donde el
reto es constante. Y bueno, a final de cuenta con oportunidades para ver hasta
dónde puede llegar el techo de competencias.
Este proceso que te describo me
ayuda a entender que los retos que tenemos a nivel profesional se resuelven con
tres enfoques fundamentales, el primero es la preparación, a final de cuentas,
¿qué no se puede encontrar en los libros?, en segundo lugar traer la información
obtenida a mi experiencia, es decir, interpretar la información con los recursos
que tengo, pues de lo que se trata es de saber entender lo que transmitimos,
que no es solo información, que es contenido que puede ser vivo y útil a los
demás.
La tercera iniciativa que te
comparto es, al revisar la información e interpretarla y responder a la
pregunta: ¿cómo puedo hacer que la gente haga algo con ella y manifieste sus
experiencias para que le resulta útil?, Esta pregunta es clave, pues quita
presión al momento de trabajar.
Todos tenemos algo que podemos aportar. |
Imagina esto, ¿si te dijera que un
tema que puede explicarse en 10 minutos puede activar una técnica ante grupo
que puedas extenderse de 70 a 80
minutos, te parece atractivo? Los diez minutos pueden ser claros, directos y
muy específicos para objetivos de enseñanza, pero para la enseñanza no alcanza, se necesita
aprendizaje. Cambiando el orden, se trabajan los 80 minutos en la actividad de
aprendizaje y las conclusiones pueden ser los 10 minutos de enseñanza, de una
explicación para que el asistente sepa lo que hizo, lo que representa todo su
trabajo, que lo dimensione.
Si te das cuenta este sencillo
proceso de trabajo, inspirado en la técnica del coaching, empleando la
experiencia y habilidades del sujeto, puede hacer mejores entornos de
aprendizaje activo para los asistentes a tus cursos y sesiones de trabajo.
Certifícate como coach, y vas a
conocer efectivas maneras de producir situaciones de crecimiento, de desarrollo
y formación, sin importar el nivel de público que atiendas. Estoy a tus órdenes
por si deseas información de cómo lograrlo.
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