Una de las cosas más complicadas para las personas es controlar los juicios. Y estoy usando las palabra adecuada, controlar. Suponer que podemos eliminar las impresiones que nos genera el entorno (juicios) es tanto como pensar que la vida se puede entender sin miedo, sin angustia o sin felicidad.
Como tantas cosas en la vida, los juicios son una comparación entre lo que conocemos y lo que captamos del entorno. Por ejemplo, quieres abordar un taxi, y ves que el conductor está mal afeitado, usa una camisa sucia, tiene lentes negros, y agrega cualidades similares, las que gustes. Proyecta esta idea en tu mente. ¿Te genera una impresión?, desde luego. No estoy diciendo que buena o mala, es solo información que lees en el entorno y la comparas contra tus experiencias y conocimientos. Es posible que si en alguna ocasión tuviste un problema con una persona de esa apariencia evites subir a ese taxi. No es hablar de discrimininación, ni suponer que la impresión define ya de manera absoluta la experiencia, tan solo hablo de una impresión que formulo desde mis experiencias, es decir, un juicio.
Por otra parte, es entendible pensar que la manera en que vivimos nos gusta, es decir, la forma en que he decidido que quiero vivir me debe satisfacer, nos puede hacer seguros, y es algo tan sencillo como la base de la canción A mi manera: "Jamás, tuve un amor,
que para mí, fuera importante, tomé, solo la flor, y lo mejor, de cada instante, viví, y disfruté,
no sé si más que otro cualquiera,
y sí, todo esto fue, a mi manera".
Y en un momento dado vivir a nuestra manera puede resultarnos tan grato y reconfortante que sin meditarlo mucho, sin poner atención, predicamos que nuestra forma de ser el la adecuada. No se trata de hacer un comercial, el mecanismo no es así. ¿Cómo es la manera en que promocionamos nuestra forma de ser?, cuando damos consejos.
Dar consejos no es un crimen, pero hay algunas cosas que debemos considerar
1. Reponden a nuestra experiencia única y personal
2. Las demás personas no tienen la misma experiencia ni los mismos procesos
3. Partimos de la seguridad de nuestra experiencia y podemos pasar por alto la experiencia del otro.
4. Dado lo que explicamos, se entiende una situación personal de vida, no un ambiente profesional o de productividad.
Puede parecer los mismo, un consejo profesional en tema de negocios que se puede sustentar una metodología profesional, registros, antecedentes públicos, etc., y que además es rentable (garantizar las ganancias de una empresa), ¿se puede pensar lo mismo en el caso de un consejo a nivel personal?
En más de una ocasión se puede dar un consejo con la mejor de las intenciones, pero ello no garantiza que se tengan los mejores resulados, incluso si nos piden un consejo directamente.
¿Por qué el trabajo de un coach es mucho más efectivo de lo que pudieramos suponer?
1. No da consejos
2. Respeta la experiencia de la persona
3. Ayuda a que la persona vea su mapa de una nueva manera
4. Los compromisos de cambio surgen de los deseos y fuerzas de la persona, no del coach
5. Posee herramientas para empoderar a la persona desde su experiencia
6. El coach no usa su experiencia para orientar, usa sus conocimientos para que el cliente profudice en sus fortalezas
Estas son algunas de las cualidades más evidentes del coach, que lejos de querer cambiar a las personas en su modo de ser, reconoce que cada quien es producto de su experiencia, espera que alguien pida su ayuda, y entonces desarolla un plan de trabajo que ayude a la persona a lograr los cambios que hagan más plena y fecunda su vida.
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