En la infancia alguien me contó la historia de la lechera. Para quien no esté al tanto, les comento que de manera general es el relato de una mujer, desde luego que se encarga de vender leche, que por alguna circunstancia tiene un poco más de producto, digamos unos 10 litros más de lo habitual.
A partir de este excedente es que empieza a pensar la manera en que va a utilizar esa ganancia adicional. Y calcula que puede, por ejemplo, comprar más alimento para sus vacas, de mejor calidad, con ello las vacas darán leche de mejor calidad, que la podrá vender en un mejor precio, y con eso podría considerar la compra de una segunda vaca; claro, ya con más vacas necesitaría de un ayudante para repartir la leche, pero eso implicaría poder vender a otras regiones...
El relato se remata más o menos de estas manera: "estaba en esas la lechera cuando sin darse cuenta movió las manos, tiró la leche con la que planeaba su riqueza y todos sus sueños cayeron al suelo de manera lastimosa.
No se requiere de mucha imaginación para intuir que quien creo ese cuento nos quiere dar una "sabia y profunda" lección de vida: No te atrevas a soñar, soñar y proyectar es costoso, duele, no hay garantías, no tiene caso fantasear, solo apégate a las evidencias. Es duro, pero esa es la enseñanza con la que te pueden marcar y dañar desde la infancia.
Ahora bien, te hago las siguientes preguntas
¿Te gusta de manera absoluta o contundente todo tu entorno?
¿No hay nada que se pueda mejorar en yu vida?
¿Lo que vives, siempre ha sido así, no ha tenido cambio alguno?
¿Hay algo que vivas que lo aceptas, pero no te gusta?
Más allá, imagina que la historia hubiera sido contada de esta manera: A
partir de de este excedente es que empieza a pensar la manera en que va
a utilizar esa ganancia adicional. Y calcula que puede, por ejemplo,
comprar más alimento para sus vacas, de mejor calidad, con ello las
vacas darán leche de mejor calidad, que la podrá vender en un mejor
precio, y con eso podría considerar la compra de una segunda vaca;
claro, ya con más vacas necesitaría de un ayudante para repartir la
leche, pero eso implicaría poder vender a otras regiones, fue en ese momento en que con determinación tomó con ambas manos el recipiente de la leche extra y empezó a trabajar en su plan.
La misma historia, con un final que también te puede marcar la vida, pero por las acciones, por la determinación, por buscar que las cosas pasen. Como te puedes dar cuenta, la historia fácilmente puede tener un enfoque totalmente diferente. Todo radica en buscar que las cosas se hagan, en aceptar ese reto.
Sí, habrá quien te llame loco (a) por hacer las cosas poco claras, soñadoras, por no apostar a la evidencia. Puedes ser como la lechera que solo trabaja con evidencias, que va a la segura, que no toma riesgos, y es posible que toda tu vida te de orgullo haber hecho lo correcto, la pregunta es, ¿hacer lo correcto te garantiza felicidad y satisfacción?
Y es que en realidad no hay misterios, en parte es disciplina, en parte visión, y también a saber recibir ayuda, pues la perspectiva del observador externo (coach) te puede ayudar a ver lo que desde tu ubicación simplemente no alcanzas a ver.
Muchas cosas he escuchado en estos días sobre el trabajo del coach, lo que te puedo decir es que el coach trabaja con esa parte del relato en que se logran las metas, donde es poco relavante el pasado, el trabajo del coach es lograr que la lechera pase de los sueños y aspiraciones a las acciones determinadas, seguras, porque el coach no le va a decir a la lechera, "mira, lo que tienes que hacer es...", es más posible que una pregunta del coach sea "¿qué es lo que de manera concreta te impide hacer eso que estás viendo?"
Medita, ¿con qué parte de la historia de la lechera te gustaría trabajar?, ¿cuál es más emocionante, curiosa y motivo de orgullo?, las respuestas están en ti, y el trabajo de un coach es solo darte las herramientas y recursos que te ayuden al logro de esos objetivos.