lunes, 5 de junio de 2017

Afianzando las mejores acciones antes de iniciar


¿Imaginas tu vida a lo largo de dos años sin tomar una decisión?, ¿será posible que durante dos años estés dejando de lado el tomar decisiones de un tema que puede limitar o impulsar tu desarrollo personal?
Lo que he visto en el coaching es que todos podemos ser víctimas de una inmovilidad al momento de tomar decisiones, que esos pendientes se vuelven como parte de nuestro ser y en la medida en que lo dejamos ahí, quieto, sereno, sin cambio, pues no nos afecta. No lo solucionamos, pero tampoco lo agravamos.
Lo primero que debemos aprender a ver es que no es tanto el problema, sino el cómo lo vemos. Descubrir que un pendiente deja de ser tan limitante como no poner una fecha. Poner una fecha no es algo así como “un día de estos”, implica ver una agenda y saber comprometerse con su cumplimiento de manera comprometida.
Ahora bien, hay un factor que es muy relevante, los recursos que vas a emplear para resolver ese pendiente. En una entrevista, una persona tenía muy en claro que tenía que regresar al gimnasio, y cuando le preguntaba qué necesitaba me respondía "pues mi ropa deportiva", ¿pero cuál?, poco a poco fue compartiendo la información, pudo decir que iba a usar un pantalón corto y una camisa negra, pero que convenía que comprara unos tenis nuevos, pues los que a la fecha tenía no estaban ya para usarlos en algo así.
Lo significativo es que a medida que iba agregando información, de vestimenta, artículos, costo y demás detalles de recursos, su lenguaje corporal iba mejorando, es decir, se mostraba más animado, con mejor disposición, alegre, sonriente. ¿Por qué ocurre esto?, porque se va creando un entorno más sólido, más concreto, la mente ve lo que puede lograr pues tiene información precisa.
Ahora bien, ¿algunas vez te ha pasado que emprendes algo y por falta de enfoque y actitud las cosas no se dan, o por otra parte, ¿te ha ocurrido que por exceso de emociones las cosas no se logran como lo pensabas?, esto puede ser tan común que incluso pensamos que no hay control o solución, que las emociones solo fluyen y ya, así de simple.



 Si vas a emprender una solución a un problema, ¿qué actitud requieres?, necesitas ponerla en una o dos palabras, no más, son las actitudes que al conocer tu problema, tus pendientes, sabes la manera en que lo vas a enfrentar.
Esto es posible, es cuestión de trabajarlo. Existe algo llamado inteligencia emocional, no hay emoción que no se pueda usar a nuestro favor, incluso la ira puede tener su valor y sentido, la ira puede ser el mecanismo de protección que salve nuestra vida. De lo que se trata es de usarlas de manera consciente, emplearlas en nuestro beneficio.

Medita, y evalúa todo lo que puedes ganar si antes de algo importante te detienes al menos 5 minutos en pensar cómo te quiere ver, oír y sentir antes de iniciar. Te aseguro que es posible. Si piensas que es imposible, te invito a iniciar un plan de trabajo de coaching para que veas que las emociones pueden ser el gran factor para salir adelante de cada una de las situaciones que enfrentas en la vida y que por alguna situación siguen como pendiente.