El revisar distintos materiales, por ejemplo aprendizaje basado en proyectos, o bien lo que es aprendizaje colaborativo, aprendizaje cooperativo, por poner los más creativos, deberían suponer un dilema para el responsable del proceso, es decir, el maestro, ¿qué es lo que podemos heredar a los alumnos?
Bueno, una respuesta directa serían los conocimientos, ¿de verdad?, porque por años he visto que lo primero que se olvida son los contenidos desde la misma clase, ya no digamos a la siguiente sesión. Es noble, pero pretencioso, me parece, que los conocimientos es lo más valioso de heradar en plena era de la información.
¿Un modelo de vida?, podría ser, esto nos remite a lo que es el lado emocional y de valores con que el maestro (a) se conduce. Esta bien ser modelo, ¿existe algún criterio que se podría recomendar?, bueno, la misma experiencia me indica que el criterio cotidiano es ser buena onda. ¿Siendo buena onda puedo heredar algo a los estudiantes, no olvidemos que los juicios (ser buena onda) son rebatibles por el simple hecho de ser eso, juicios, lo que alguien ve como una conducta noble, imitable, es posible que otro la vea como evitable a toda costa.
Esto que comento no quiere decir que la apuesta a alguno de esos elementos sea una error, son solo caminos que podemos elegir para trascender ante nuestro público. De acuerdo a lo estudiado pienso que la tercera vía es la más interesante: la estructura.
El problema de la estructura |
Cuando el profesionista se enfoca en desarrollar y perfeccionar una metodología, es decir, una estructura tiene la posibilidad de poner un estilo de trabajo que lo caracteriza, desde luego que no deja de ser un elemento que puede causar admiración o rechazo, pero la diferencia es que se está moviendo sobre criterios claros, repetibles, porque tiene pasos que se pueden replicar por los alumnos que se sienten atraidos por ese estilo de trabajo que ven que da resultados.
Ahora, un tema interesante: el maestro, por su meta y objetivo académico puede establecer una matodología de trabajo que se replique, de esa manera su estructura perdura, ¿en el caso del coach, hasta dónde beneficia que su modelo de trabajo, su estructura, sea absorvido por su cliente?
Desde luego que es una pregunta reflexiva, pues el coach ayuda, orienta y enfoca al cliente a mayores logros, ahora, ¿es bueno heredar concientemente esa estructura?, ¿que hacer si el clente adopta inconscientemente el modelo que reconoce como atractivo?, ¿es válido en la medida en que la estructura de trabajo evolucione?, ¿cómo saber si la estructura cambia en virtud y no en vicio?
Esas preguntas bien vales la reflexión en próximos días.