jueves, 11 de abril de 2019

El muro que debemos derribar


Todos tenemos una barrera en frente de nosotros, algo que nos recuerda que somos falibles, que hay metas por lograr, algo que nos recuerda que podemos ser pequeños e indefensos en algún momento de la vida, todos hemos experimentado la ansiedad o angustia de tener un problema que bien a bien no sabemos cómo resolver, y que incluso salir huyendo no soluciona nada, pues es muro siempre está por delante de nosotros. Pero puede ser superado, ¿cómo?

Cuando me enfoco en este tema de inmediato me viene a la mente la película “Campeón son corona”, cinta donde el director Alejandro Galindo modela al personaje Riberto Kid Trerranova, un tipo de barrio, bravucón, con mucho talento que nunca lo puede llevar al logro de metas grandes, en resumen, por complejos que no le permiten tomar lo que podría si confiara en sí mismo. La virtud de Galindo estuvo en tomar la vida de Rodolfo Chango Casanova, personaje que nunca pudo dar el ahora llamado salto de calidad por no confiar en sí mismo y ser presa de sus miedos y creencias limitadoras.

Estos personajes que expongo son el ejemplo de lo que es vivir con el muro delante de uno, lo interesante es que tiene un par de factores que vale la pena analizar, en primer lugar, todos tenemos la capacidad de crear el muro que deseemos para ser víctimas de algo que nos deja llegar al triunfo, puede ser alguna adicción como puede ser tabaco, alcohol, sexo, comer, trabajar, algunas incluso muy reconocidas y apreciadas socialmente, pero también se puede también manifestar en relaciones poco productiva (tóxicas, se les llama ahora), aprobación no obtenida de  familiares o amigos, creencias obtenidas en la infancia, en fin, el material puede ser el que se guste.

En segundo lugar, y más relevante, es que podemos tener a mano un auténtico martillo para derribar ese muro, pero para que el martillo derribe el muro se tiene que utilizar. ¿De qué está hecho el martillo?, de resiliencia, que de manera sencilla es la capacidad que tenemos todas las personas para resolver los problemas o sobreponernos a lo que no podemos solucionar.

Te comparto un ejemplo muy sencillo de lo que es esta capacidad que todos tenemos, y que es muy básico. La selección de fútbol que más derrotas tiene en finales del campeonato del mundo es la de Alemania, nadie ha perdido más que ellos en finales, sin embargo son tetracampeones, es decir, su capacidad resiliente es la que los hace sobreponerse y regresar, y regresar y regresar las veces que sea necesario. Nadie ve a los alemanes como perdedores.


La resiliencia no es ser invencible, la resiliencia es sobreponerse a dudas, miedos, escenarios adversos, es el martillo que ayuda a romper el martillo. El martillo es una gran herramienta en tanto la usemos, sola no hará nada, somos nosotros lo que debemos convertir nuestros pensamientos en acciones que nos lleven a lo que deseamos, a lo que merecemos, a lo que nos corresponde, y es ahí donde entra la conciencia.

Nadie dice que es algo sencillo o automático, es el reto de vida que cada quien debe resolver, la mejor manera de alimentar la resiliencia y así derribar al muro que hemos construido es la planificación de las acciones, la reflexión de qué quiero en vida, el por qué vale la pena que implemente un cambio, visualizar la vida que deseo y comprometerme con ese estilo de vida que he dicho que deseo, y lo más importante, sustituir los hábitos que me tienen en la condición en que estoy. 

Si bien todos tenemos limitaciones, de igual modo tenemos dos opciones, dejar pasivamente que ellas ganen y determinen el lugar al que llegaremos: o bien pensar, planificar y trabajar para superar lo que en un inicio parecía que no se lograría. Esto es lo que movió a exploradores, ¿a dónde deseas y merece llegar?, empieza a trabajar de manera consciente en ello. Ese muro solo es eso, un muro que como cualquiera, puede ser superado.


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