miércoles, 6 de enero de 2016

Los propósitos y la realidad

El inicio de año, casi de manera obligada, tiene adherida la etiqueta de los propósitos. En ocasiones pareciera que si no se hace un propótisito no es año nuevo. Es muy posible que muchas de estas ideas no se lleguen a concretar, ¿a qué se puede deber eso?, muchas explicaciones pueden imaginarse:
1. Porque se definen a la ligera
2. Suponemos que no es muy complicado y no hay mucho compromiso
3. Es tan ambicioso que no hay manera de aplicarlo
4. Pensamos en la meta, no en el proceso
5. No tenemos un compromiso real con el cambio

Estas y más ideas se pueden anotar, y para fines de este texto la número 5 es la que me parece más interesante. ¿Cuántas veces hemos escuchado la expresión: es que la gente no cambia?, es más, ¿quién acepta que este razonamiento es absolutamente cierto?

Personalmente creo que si las personas no cambiaran estaríamos muy cerca de ser productos, es tanto como negar el principio de la entropía. Vamos especificar estos conceptos. ¿Somo iguales a las cosas?, por ejemplo cuando se hace una silla esperamos que cumpla sus funciones, ser un asiento. Bueno, pues desde que es completada lo único que puede esperarse en que se degrade por el uso hasta que ya no funcione. La silla solo tiene un uso básico, sentarse, quizás pararse en ella, soportar algunas cosas, pero no es mucho más allá para lo que fue hecha. La silla no puede cambiar, la silla con cumplir para lo que fue hecha basta. No tiene posibilidad de cambiar.

Los seres humanos tenemos la posibilidad del cambio porque vivimos en un principio llamado entropía, y esto significa que desarrollamos cualidades que nos diferencían. Es lo que podemos llamar aspectos que nos hacen únicos. En resumen, la entropía es la cualidade del sistema de vida que nos sumerge en el caos.

El caos, en este sentido es lo que al hacernos reconocibles, con cualidades personales y cambiantes, lo que impide que seamos un "producto terminado", una silla no puede, de manera autónoma, decidir si quiere ser diferente, no tiene esas cualidades; en el caso de las personas, podemos ser como queramos, podemos cambiar cuando queramos, cuando tengamos la convicción, es una de las cualidades de las que disponemos por la elemental entropía.

Como maestro en muchas ocasiones alumnos se han definido de manera contundente: "es que soy muy flojo", "es que soy tonto", "es que soy un desastre", y bueno, la experiencia te enseña a responder "no, no eres así, te comportas así", es muy diferente ser a comportarse, pero insertar esta idea en la mente de las personas es muy complejo, toma tiempo.

Así como un estudiante forja en su mente como "es" cualquier persona tendrá problemas para cambiar su forma de "comportarse". Como si fueramos sillas, aceptamos lo que hemos decidido ser, y bueno, cuando llega el momento de los propósitos de cambio, pueden sobrar las buenas intenciones, pero no por fuerza acciones o método para lograrlo.

Los cambios son posibles, no es una simple frase bonita o motivadora, es saber que existe un principio cientifico llamado entropía, que si lo llegamos a interiorizar, y a desarrollar, el cambio es posible. Un programa de trabajo con un coach está inspirado en este principio, un coah sabe que el cambio es posible, porque lo ha vivido, y lo comparte con las mismas herramientas que él mismo se aplicó.

¿Estás preparado (a) para cambiar con base en propósitos claros y concretos?


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