jueves, 16 de abril de 2015

El poder en la educación

Ayer se comentaba en este espacio que el poder real en la vida es enfocarse en ser causa y no efecto, esto quiere decir que el poder del que disponemos es el de hacer las cosas que queremos o deseamos, tratar de influir y tener control de aquello que está más allá de nuestro campo de acción nos puede llevar al desgaste, a la frustración, a una vida miserable por la sencilla razón de que en el efecto no tenemos control (poder) de la situación.

Ahora bien, uno de los lugares en que más se manifiesta la idea de ser causa y efecto es la educación, maestros ahora llamados tradicionales ostentan el poder en la clase, en donde se quiere tener control en los contenidos y en la productividad del alumno, ¿cómo se da esto?, acertaste, al repetir los conceptos que explicó antes. En este formato el instrumento cotidiano es el examen, en donde se vacían los contenidos dados por el docente, sin importar realmente si el alumno tiene comprensión real de lo que está respondiendo.

Administrar contenidos es tema sencillo
Imaginemos una situación, un estudiante universitario de segundo semestre de la carrera de administración revisa un tema como, por ejemplo, Empresa Socialmente Responsable; el compromiso del maestro tradicional obliga a que dé a los alumnos información como definición, cualidades, características, procedimientos, y claro, ejemplos de lo son ese tipo de empresas en sus prácticas.

Como punto inicial, esta información que el maestro dio a los alumnos ellos mismos la pudieron obtener (el buscador actual reporta 669 mil resultados en la web), por lo tanto información existe y en abundancia, con o sin la intervención del maestro. Como segundo concepto, ¿que está produciendo la clase al revisar esta información?, que el alumno pueda responder de un examen en que explique es una empresa con responsabilidad social, ahora bien, ¿eso será lo que le le será de utilidad para conseguir trabajo, ya no digamos en la práctica profesional?, sobre todo considerando que por su edad el alumno no tiene experiencia laboral, por lo tanto, sus referentes solo son teóricos. ¿Se aprende mejor desde la teoría?

Por otra parte, ¿no será de mayor utilidad que el alumno desarrollo un plan de responsabilidad social como lo imagina y apoyado por el maestro?, ¿que haga un codigo de comportamiento para una empresa con RS y lo discuta con su maestro?, que diseñe un taller para integrar a nuevos elementos de una empresa de RS tutorado por el docente?, ¿que el alumno prepare un video de cómo hacer una escuela SR y lo produzca en compañía de su maestro? 
Aprender como se trabaja en la realidad

Lo que se está exponiendo se resume de esta forma: la educación tradicional prepara a la gente para un mundo que ya no existe, un mundo estable, lógico, estructurado, de mucha certidumbre.

Por el contrario, una enseñanza centrada en las ideas del alumno, donde son auténticos creadores, que son el referente de la actividad, protagonistas de lo que se hace al trabajar de manera colaborativa, de tal forma que estas habilidades no sean una novedad, sino algo habitual oara cuando llegue al campo laboral, no solo es un acto de congruencia laboral, es responsable dado el mundo que van a enfrentar. Más aun, si esto se puede trabajar en nivel profesional, ¿se puede desarrollar en niveles básico? desde luego, es posible, si se tiene la voluntad de ser causa y no efecto.

Todo esto es posible en tanto el poder docente se enfoque en la causa, no es el efecto, cambiando referentes, ambientes, intereses, métodos, estar dispuesto al cambio y con ello aceptar las nuevas responsabilidades. Toda esta reflexión se origina por lo que está pasando en un colegio jesuita en España, algo que puede leer en el duario El País http://www.elmundo.es/espana/2015/04/16/552eb3c9e2704e972c8b4578.html.

Estoy seguro que este artículo lo encontrarás interesante, y por ello te pregunto, ¿hasta dónde estás dispuesto a ser causa, hacer uso pleno de ese poder que puede estar en tus manos y dejar de pensar tanto en la consecuencia?

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